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lunes, 6 de junio de 2016

El Papa hoy declaró santos a una religiosa sueca y a un sacerdote polaco

El papa Francisco proclama a los dos nuevos santos durante la misa en la Plaza de San Pedro
En una mañana soleada de primavera, el papa Francisco presidió este X domingo del tiempo ordinario, la santa misa con el rito de canonización, ante una plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos.
El Pontífice vistiendo paramentos crema con bordes verdes y dorado, inició la eucaristía incensando el altar y la imagen de María presente en la ceremonia. Y tras el ‘Pax Vobis’ y el canto del Veni Creator Spíritus, el cardenal Angel Amato pidió a su Santidad que inscriba en el Libro de los Santos a María Isabel Hasselblad, religiosa sueca y fundadora de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida; y a Estanislao de Jesús María Papczynski, sacerdote polaco fundador de los Clérigos Marianos de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
A continuación el Papa los declaró santos con la formula que inicia “Ad honorem Sanctae et Individuae Trinitatis, ad exaltationem fidei catholicae et vitae christianae incrementum…”. Y pidió sean inscritos en el libro de los santos, mientas sonaban trompetas, el Coro Pontificio de la Capilla Sixtina cantaba el Jubilate Deo, y las reliquias de los nuevos santos eran llevadas y puestas al lado del altar e incensadas por el diácono.
En su homilía el Santo Padre señaló que las lecturas y el Evangelio recuerdan la resurrección obrada por el profeta Elías y por Jesús cuando resucita al hijo único de la viuda de Nuim. Pero también la resurrección del apóstol Pablo, que de enemigo y feroz perseguidor de los cristianos se convierte en testigo y heraldo del Evangelio. Y así sucede con los pecadores, a todos y cada uno de nosotros.
Una experiencia dijo, que han tenido los dos beatos que hoy son proclamados santos: Estanislao de Jesús María y María Isabel Hesselblad, dos hijos suyos que son testigos ejemplares de este misterio de resurrección.
No es magia, indica el Papa, “es la ternura de Dios encarnada, en él obra la inmensa compasión del Padre”. Porque Jesús “toma consigo todos nuestros pecados, los borra y nos devuelve vivos a la misma Iglesia. Y esto sucede de modo especial durante este Año Santo de la Misericordia”.
Santa María Isabel Hesselblad, de origen protestante que se convierte a la fe católica, y san Estanislao de Jesús María, que Polonia, en un siglo marcado por guerras y pestes, estuvo siempre al lado de los pobres y enfermos.
El milagro de santa María Isabel se refiere a la curación de un niño con tumor cerebral y parálisis tras la operación de extirpación. Y el de san Estanislao es la curación inexplicable de una joven de 20 años a quien los médicos desconectaron los equipos que la mantenían en vida.
La misa prosiguió con el ofertorio, consagración y comunión, y concluyó con el Adorote Devoto y la bendición. Al concluir el Santo Padre rezó el ángelus y permaneció largo tiempo saludando a religiosos, enfermos y peregrinos.

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