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martes, 5 de julio de 2016

Valores espirituales

Hna. Alicia Galíndez
Las necesidades fisiológicas son consideradas básicas para la supervivencia, sin embargo, en mi experiencia de vida, puedo decir que en la escala de valores; los valores espirituales son esenciales y sin ellos no tiene sentido comer, beber, dormir… para qué comer si no tenemos un horizonte, una razón de ser, de respirar, de vivir, alguien a quien amar y que nos ame. Sin la fe, la esperanza y el amor, los seres humanos somos como cualquier animal del monte.         

No hemos venido a este mundo, solo para nacer, crecer,  reproducirnos y morir… hay algo más en esta vida y luego en la eternidad. Hemos sido creados por Dios para ser felices, para compartir y para alcanzar la eternidad, que es un regalo de su divina misericordia. 
    
Sin un ideal por el cual luchar, sin principios que defender, la vida no tiene sentido, llega un momento en el cual el ser humano se deprime y hasta puede suicidarse.
    
Los valores espirituales son esenciales en la vida de la gente, son ellos los que nos motivan a trabajar para conseguir el alimento y los bienes materiales para nosotros y los seres amados, a trabajar por un mundo mejor, a ser creativos, solidarios, responsables,  a construir, hacer proyectos, profesionalizarnos, educar, poner a producir los talentos, las cualidades, plasmar lo que llevamos dentro de forma artística o técnica.
    
Son los valores espirituales los que impulsan nuestro aprendizaje, los que nos ponen en relación con otros, los que hacen posible que exista la música, la pintura y toda la variedad de expresiones culturales en nuestro mundo. Los valores espirituales, nos hacen romper fronteras, abren la mente y el corazón, y nos hacen ver alternativas aun en situaciones difíciles; ellos nos ayudan a no volvernos locos cuando la situación es caótica, conflictiva, violenta e incluso nos indican el camino hacia la luz.
    
Al escuchar testimonios de personas que han tocado fondo, en la droga, el alcohol e incluso en la delincuencia u otros males morales, y afirman que gracias a Dios, a la fe, a una fuerza interior lograron superarse y salir adelante, entonces entendernos que a la base de toda experiencia humana está la experiencia espiritual.
   
 Cuando escuchamos testimonios de aquellos que tenían enfermedades incurables, que habían sido desechados, incluso por los médicos y recibieron sanación y hoy están ayudando a otros y sirviendo. Cuando vemos personas que se dedican a servir, a ayudar a los demás a crear fundaciones de toda índole…  constatamos que el altruismo es más común y frecuente de lo que parece. ¡Hay tanta gente buena!
    
Es cierto que las noticias nos informan sobre actos terroristas, asesinatos, robos, feminicidios, violencia… pero, también existe el Papa Francisco, Caritas, la Fundación Divino niño, La Ciudad de la Misericordia, congregaciones religiosas, matrimonio feliz, cursillos de cristiandad y tantos otros ministerios y grupos que trabajan en la construcción de un mundo mejor. Abramos los ojos del corazón para ver y dejemos que sean los valores espirituales que guíen nuestro caminar; se darán cuenta que la vida cambia y el modo de vivir también.

Hna. Alicia Galíndez 

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