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lunes, 4 de abril de 2016

Distorsión de la “Semana Santa”

Yenifer Altagracia Gil Suárez
La Semana Santa es considerada por la iglesia católica y otras religiones como el momento litúrgico más intenso de todo el año, la cual es precedida por la cuaresma. Es en esta semana que se recuerda la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret. Da comienzo el domingo de Ramos y finaliza el domingo de Resurrección. Los días más importantes de la misma son los formados por el llamado Triduo Pascual.
    
Durante esta semana tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión. Como se ha indicado el objetivo de estas celebraciones es recordar, reflexionar, orar y acompañar a Jesús que ha muerto en la cruz, por amor a su pueblo. Sin embargo, hoy en día vemos como muchos han distorsionado la “Semana Santa” y su significado, y la han convertido en una ocasión de diversión y libertinaje.
    
El Asueto de la Semana Mayor, es sin lugar a dudas, una de las épocas del año en que se registran más disturbios, muertes inesperadas, ahogamientos e intoxicaciones tanto por bebidas alcohólicas como por alimentos. La más reciente, según el director del COE, Juan Manuel Méndez, dejó muertas a  23 personas, 18 por accidentes de tránsito y 5 por ahogamientos. Se registraron 837 accidentes de los cuales, cabe destacar que la mayoría involucraron a motocicletas, por lo que es inminente el peligro que corren las personas que se desplazan en este tipo de vehículos.                 

Estos hechos involucran tanto a personas adultas como a menores de edad, donde se puede percibir el grado de irresponsabilidad de los padres.
    
Es importante mencionar que las cifras no son más alarmantes gracias al trabajo que realizan las autoridades y los voluntarios que ofrecen sus servicios para auxiliar a los necesitados y prevenir mayores infortunios.
    
Traigo a colación estos números, porque en la semana que se supone más tranquilidad y armonía debe haber en la población, es donde más hechos lamentables suceden; todo porque las personas no actúan con moderación y más aún porque entienden que a toda costa y velocidad deben de “aprovechar el feriado”. Con decir, que durante el asueto, aproximadamente 3 millones de personas se desplazaron en autopistas y avenidas podemos hacernos la idea de lo mucho que se ha distorsionado este período reflexivo.
    
Desde mi juicio particular, entiendo que debe ser revisada esta situación; pues hoy por hoy los tiempos han cambiado, la sociedad no es la misma, la gente que habita en ella tampoco y las defunciones de personas a través de los años, durante estos días han sido altas.
    
Concluyo sugiriendo dos cosas: Aunque totalmente de acuerdo con las prácticas religiosas que se realizan, me gustaría que las autoridades eclesiásticas hagan un análisis profundo de si realmente es necesario paralizar todas las actividades laborales, educativas y comerciales para recordar a Jesucristo, permitiéndole de esta forma a muchas personas tomar estos días santos para recrearse y hacer fechorías, que se haga una revisión de si es adecuada la brecha que se les deja a una gran parte de la población quienes la utilizan para cambiar totalmente el sentido para la cual fue diseñada esta semana. Por otro lado, a usted que lee este artículo, ¿cuándo entenderá que la mejor opción es quedarse en casa? descansando y reflexionando sobre el evento que se recuerda, pues está demostrado que el nivel de inconsciencia e imprudencia aumenta de manera considerable durante el asueto, a pesar de los niveles de precaución que puedan ser tomados tanto por los vacacionistas como por las autoridades competentes.
Yenifer Altagracia Gil Suárez 

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