Social Icons

martes, 16 de febrero de 2016

El signo de Jesús es su misericordia y su perdón

Evangelio según San Lucas 11,29-32
No tendrán más signo que el de Jonás: “En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús, y éste comenzó a decirles: “La gente de este tiempo es una gente perversa. Pide una señal, pero no se les dará más señal que la del Jonás. Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo. Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”. Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco:
Jesús habla de una “generación perversa”. Su palabra es muy dura. Pero no se refiere a las personas que lo seguían con mucho amor, sino a los doctores de la ley que trataban de probarlo y hacerlo caer en una trampa. Estas personas, por cierto, le pedían signos y Jesús les responde que sólo se les dará la señal de Jonás. Existe sin embargo, el síndrome de Jonás. El Señor le pidió que fuera a Nínive, y él huye a España. Jonás se dijo, “tenía las cosas claras: la doctrina es ésta, se debe hacer esto, y los pecadores que se las arreglen, yo me voy”. Los que viven de acuerdo con este síndrome de Jonás, Jesús los llama hipócritas , porque ellos no quieren la salvación de la pobre gente, de los ignorantes y pecadores. El signo que Jesús promete por su perdón, a través de su muerte y su resurrección, es su misericordia: “Misericordia quiero y no sacrificio”.
El signo de Jonás, el verdadero, es lo que nos da la confianza para ser salvados por la sangre de Cristo. ¿Cuántos cristianos, cuántos son los que piensan que van a ser salvados solamente gracias a lo que hacen, por sus obras. Las obras son necesarias, pero son una consecuencia, una respuesta al amor misericordioso que nos salva. Sin embargo, las mismas obras, sin este amor misericordioso no sirven. En cambio, el «síndrome de Jonás» tiene confianza solo en su justicia personal, en sus obras.
Es así que el «Síndrome de Jonás» nos lleva a la hipocresía, a aquella suficiencia, a ser cristianos limpios, perfectos, «porque hacemos estas obras: cumplimos los mandamientos, todo». Es una gran enfermedad. Y está la señal de Jonás, que es la misericordia de Dios en Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros, por nuestra salvación. (Holimía en Santa Marta, 14 de octubre de 2013)
Diálogo con Jesús
Señor Jesús, Tú eres el Dios del amor, el Dios de las transformaciones y que es Todocompasivo y Todomisericordioso. Vengo ante Ti con un corazón humilde que busca tu encuentro, tu perdón y sobre todo tu amor, ese amor que se extiende por todos los rincones del universo. No hay persona en este mundo que sea tan pecadora que no pueda experimentar tu amor en tu abrazo reconciliador. Al igual que aquellas personas que se aglomeraban a tu alrededor para sentir tu cercanía, yo también me quiero contar entre ellas para recibir tu fuerza perdonadora que todo lo sana y los transforma. Tú eres la fuente de mi alegría, la luz de mi vida, mi guía, mi norte y mi escudo indestructible. Tu Palabra es esperanza y me invita a la conversión y a la penitencia. Quiero reflejar un poco de ese amor tan generoso que me das cada día a aquellos a los que tanta falta le hace sentir tu abrumadora fuerza que restaura toda herida y que al mismo haces sentir que somos amado. Tú, Señor, Dios de la ternura, no desprecias a un corazón quebrantado y humillado, por eso hoy, te pido que me hagas libre para dejarlo todo y poner toda mi confianza en Ti. Me sostengo en Ti, en tus promesas y en tu poder sanador. Te pido por todas aquellas personas que no han experimentado tu gracia y se sienten distantes de tu corazón, para que le regales la bendición y el don de la conversión. Ven y cuida de mí y de los que amo. Ayúdame a vivir en tu presencia y entregado a todo acto de caridad que me conduzca por el sendero de tu misericordia. Amén.
Propósito de Cuaresma:
Haré un acto pequeño acto de caridad con alguien que no tolero mucho sin que nadie se de cuenta.
Reflexiones juntos esta frase:
“Cristo siempre es fiel. Pidamos para que también nosotros le seamos siempre fieles” (Papa Francisco)

No hay comentarios:

Publicar un comentario